El apego es la manera en como nos relacionamos con los demás. El bebé ya empieza a iniciar sus primeros vínculos afectivos desde los primeros quince días de gestación. Poco a poco, el apego se irá forjando con nuestras primeras relaciones interpersonales, ya sea con nuestros padres, abuelos u otras personas cercanas. Todas estas experiencias determinarán la manera de construir las relaciones con otras personas a lo largo de nuestra vida, ya sean relaciones sentimentales, amicales, profesionales, etc.
Tipos de apego
Apego seguro
Durante la infancia, este apego permite que el niño/a pueda ir explorando con confianza y buscar protección en los cuidadores ante las adversidades.
Este apego nos ayuda a generar una buena confianza y seguridad en nosotros mismos, buena autoestima, capacidad de expresión y autorregulación emocional, capacidad de pedir ayuda, flexibilidad para adaptarnos a los cambios, posibilidad de crear vínculos saludables, y tienden a mostrar niveles bajos de ansiedad.
Apegos inseguros
Dentro del apego inseguro encontramos los 3 tipos de apego restantes. Estos apegos inseguros generan problemas de autorregulación o desconexión emocional, inseguridades (en uno mismo y/o en los demás), somatizaciones físicas como migrañas, cefaleas tensionales, desajustes intestinales (dolor de tripa, control de esfínteres), tics, dolores musculares, ataques de pánico…
A diferencia del apego seguro, estos 3 tipos muestran una estrecha relación con sintomatología ansiosa.
Apego evitativo
Las personas con un apego evitativo tienden a ser independientes, no existe un interés o acercamiento emocional hacia los demás.
Pueden mostrar dificultades para expresar sus sentimientos y necesidades, y a menudo minimizan la importancia de las relaciones íntimas.
Esto puede generar ansiedad en las relaciones, ya que evitan la cercanía emocional y pueden parecer distantes.
Apego ansioso
Cuando nos vinculamos mediante un apego ansioso, necesitamos y buscamos una atención y aprobación constante de los demás.
Estas personas, a menudo, tienen miedo al abandono y pueden ser muy sensibles a las señales de rechazo. Esto puede llevar a vivir una elevada ansiedad en las relaciones, ya que constantemente están buscando la confirmación de su valía y preocupándose por el futuro de la relación.
Apego desorganizado
El apego desorganizado se caracteriza por una mezcla de comportamientos ansiosos y evitativos. Las personas con un apego desorganizado pueden tener un historial de experiencias traumáticas o abuso en la infancia, lo que les lleva a tener dificultades para poder regular sus emociones en las relaciones
sociales. Dando lugar a vivir de manera ansiosa las relaciones sociales, ya que no saben cómo comportarse de manera coherente.
¿Cómo influye el tipo de apego que hemos adquirido durante nuestra infancia?
El apego que construimos de pequeños define, lo que denominamos, nuestras representaciones mentales. Es decir, la manera que tendemos a resolver, sentir y afrontar las distintas situaciones de la vida, cómo nos relacionamos con los demás, cómo vivimos las relaciones sociales y emocionales, influye en nuestras conductas, etc. En definitiva, nos influye en cómo entendemos el mundo y cómo lo afrontamos.
¿Qué relación existe entre nuestro tipo de apego y la ansiedad?
Como ya hemos comentado, nuestro tipo de apego influye directamente en cómo las personas abordan las relaciones interpersonales. En este apartado veremos la relación que puede existir entre el tipo de apego y nuestra ansiedad.
Apego seguro
Las personas con un apego seguro tienden a experimentar menos ansiedad en sus relaciones, debido a la confianza emocional de sus parejas. Asimismo, se sienten seguras en la intimidad.
Apego ansioso-preocupado
Este tipo de apego está estrechamente relacionado con experimentar ansiedad en las relaciones. Las personas ansiosas-preocupadas tienden a ser hipervigilantes ante señales de rechazo o abandono, lo que puede llevar a un aumento de ansiedad.
Apego evitativo
Las personas con un apego evitativo pueden experimentar ansiedad. Esta ansiedad es distinta a la experimentada en el apego ansioso, ya que, aunque pueden evitar la intimidad emocional, pueden experimentar ansiedad cuando sienten que alguien se acerca demasiado emocionalmente. Se sienten invadidos y necesitan espacio.
Apego desorganizado
Las personas con un apego desorganizado pueden experimentar la ansiedad de manera intensa y confusa. Pueden alternar entre comportamientos ansiosos y evitativos, lo que genera una gran confusión emocional y ansiedad en las relaciones.
Terapia de apego
En conclusión, es muy importante tratar nuestros tipos de apego a través de la terapia de apego para poder conseguir relaciones sanas y duraderas, que no afecten a nuestro bienestar y puedan aportarnos un valor a nuestra vida.
A través de la terapia cognitivo-conductual, podemos ayudarte a identificar esos pensamientos negativos que tanto te molestan, aprender técnicas para regular tus emociones y desarrollar nuevos patrones de comportamiento para tener una vida social mucho más saludable.
Anaïs Giraut
Psicóloga de Centre Didoni
