En nuestra vida, puede que hayamos vivido experiencias que nos han dejado cicatrices emocionales tras haber vivido dichos eventos, lo que nos crea un trauma psicológico. Estas situaciones, para que se consideren trauma, deben ser inesperadas, que no las podemos controlar y que nos afecte emocionalmente.
Pero no todas las personas vivimos igual una situación traumática. Es decir, una misma situación puede ser vivida de manera dramática para una persona, pero no para otra. Para que sea una situación traumática, deben existir dos factores: un factor objetivo (evento) y un factor subjetivo (persona).
Estas experiencias traumáticas pueden darse como una situación aislada (accidente de tráfico, ruptura sentimental…) o repetirse a lo largo del tiempo (acoso escolar, abusos…).
Existen distintos tipos de trauma, los cuales pueden afectar de manera significativa en la vida de cada persona expuesta a un suceso traumático, según las consecuencias que provocan en la persona y no por sus causas o características.
Tipos de trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Trauma Tipo I
Eventos críticos que ocurren de manera única y puntual, con síntomas como la experimentación mediante flashbacks, evitación a situaciones que recuerdan al trauma, entre otros.
Trauma Tipo II o TEPT crónico
Exposición repetida y prolongada a eventos altamente estresantes. Aparecen los síntomas del trauma tipo I, además de desarrollar ansiedad anticipatoria, provocando un miedo intenso a volver a experimentar el suceso traumático, generando mecanismos de defensa y alteraciones en el desarrollo de la personalidad.
TEPT complejo
Situaciones que son causadas por terceras personas, desarrolladas durante la etapa infantil y/o adolescente, de forma continuada y prolongada en el tiempo. Por ejemplo, situaciones de negligencia o abandono por parte de los cuidadores.
Síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Recuerdos intrusivos
Recuerdos que aparecen de forma involuntaria y repetitiva. Pueden aparecer en forma de sueño o pesadillas, además de generar ansiedad.
Evasión
Evitar sitios y/o personas que nos recuerden el acontecimiento traumático.
Cambios negativos en el pensamientos y en los estados de ánimo
Pensamientos negativos sobre ti y del mundo que te rodea, alteraciones en atención y memoria, distanciamiento de tus seres queridos, dificultad para sentir emociones positivas, sentimientos de culpa o vergüenza…
Cambios en reacciones físicas y emocionales
Existen varios cambios físicos y emocionales como por ejemplo permanecer en alerta constante, asustarse con facilidad, conductas autodestructivas, alteraciones del sueño, dificultad en la concentración, entre otras.
Tras haber vivido un suceso traumático, si los síntomas derivados de dicha situación permanecen presentes tras un mes del acontecimiento vivido, estamos hablando de un Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). Asimismo, las consecuencias emocionales que pueden causar los acontecimientos traumáticos pueden no darse lugar hasta unos años más tarde.
Es importante remarcar que el trauma no tiene por qué definirnos. Existen varias maneras de sanar y recuperar las riendas de nuestras vidas, por ello es importante acudir a terapia y abordar dicho malestar.
Tratamiento para el trastorno de estrés postraumático (TEPT)
¿Cómo superar un trauma?
Superar un trauma psicológico es un camino largo y hay etapas un tanto desagradables generadas por dicho suceso. Existen miedos, incertidumbre e incluso dudas de si lograremos superarlo, pero debemos remarcar que para poder andar por el camino de la sanación, es importante tener un tratamiento para el TEPT.
Te ayudaremos en el proceso de sanación, aprendiendo a entender qué te sucede, a conectar con tu cuerpo y tus emociones, de manera que podamos analizar las sensaciones agradables y desagradables sin que estas te bloqueen en tu día a día, con el objetivo de aprender a cómo superar un trauma.
Anaïs Giraut
Psicóloga de Centre Didoni